¿Por qué no llego a los agudos con libertad?

Todas las voces, desde un punto de vista fisiológico, puede emitir notas agudas... ¡Sólo hay que saber cómo hacerlo!
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Todas las voces, desde un punto de vista fisiológico, puede emitir notas agudas... ¡Sólo hay que saber cómo hacerlo!

Existe una asociación entre «cantar» y «sobreesfuerzo». Percibimos como inalcanzables las agudas de nuestro rango vocal porque rara vez visitamos para cantar y mucho menos para hablar. Que no las visitemos no significa que no podamos emitirlas sin esfuerzo y con libertad.


Todas las voces, desde un punto de vista fisiológico, puede emitir notas agudas… ¡Sólo hay que saber cómo hacerlo y trabajar!La laringe no fue diseñada para hablar y mucho menos para cantar. No obstante, la buena noticia es que producimos voz para hablar y/o cantar aunque, a menudo, con una inversión de esfuerzo muscular innecesaria o erróneamente focalizada. Hay una información fundamental que debes saber si eres de los que literalmente te ahogas cuando vas a los agudos: por agudos que sean, es la biomecánica, y no la fuerza, la que facilita emitir sonidos con facilidad y libertad. Me explico…


Hace ya algunos años que estudio la relación entre cuerpo y voz. Mi observación y análisis se centran en los dos aspectos que más dificultan cantar con libertad: la alineación postural y la activación muscular. Dos factores íntimamente ligados entre si y con una gran implicación en la producción de la voz.


Imagínate por un momento que necesitas cargar un peso de 30 o 40 quilos ¿Cómo preparas tu cuerpo para coger dicho peso? Y, cuando cojas dicho peso con las manos ¿Crees que el esfuerzo recaerá por entero en las muñecas o brazos? Claro que no! La cadena posterior de tu cuerpo se activará desde los pies, pasando por los isquiotibiales, glúteo y hasta llegar a ciertos músculos de la espalda que contribuirán a realizar dicho esfuerzo con éxito y evitar que tu columna lumbar se queje.


Cantar implica un esfuerzo pero este no debe recaer en los los pliegues vocales, al contrario, la estructura donde se genera la voz (laringe) y su musculatura deben activarse únicamente para realizar micro movimientos precisos. La laringe, y por ende la voz, encuentra el apoyo necesario en otros músculos más grandes que actuaran como estabilizadores y correctores de la posición corporal.

 

Ten en cuenta que los pliegues vocales solo generan el 10% del sonido al que llamamos voz. Por más fuerza que hagas no vas a conseguir emitir más energia acústica (intensidad) o notas más agudas. No es la fuerza lo que te ayudará sinó la colocación corporal y la correcta activación muscular. Y para muestra un botón si has visualizado el vídeo con los tres ejemplos.

 

En el ámbito de la voz y especialmente en la rehabilitación vocal, hay palabras con cierta connotación negativa: «fuerza», «carga», «tensión», «elongación», «presión» o «rigidez». La tendencia es evitar estos términos cuando se quiere mandar un mensaje de «facilidad o libertad vocal». Pero, ¡la voz es una acción esencialmente motora! Y todas esas condiciones o variables son, ni más ni menos, las que se dan en el cuerpo en general y en el aparato vocal en particular. Lo único que necesitas es repartir correctamente los papeles: el director de orquesta debe tener el score y cada músico la partitura que corresponde a su instrumento!

 

 

Imaginemos que los músculos de tu cuerpo son los músicos y tu postura el director de orquesta! Si los músicos no tocan las notas asignadas el director andará como loco intentando gobernar el desconcierto que le provoca la falta de coordinación y ensamblaje.

 

 

Si por el contrario, los músculos que dan estabilidad a tu voz tocan su partitura, tu postura no se verá alterada y eso tendrá grandes beneficios cuando viajes a los agudos.

 

 

También podemos considerarlo al revés: si tienes la voluntad de mantener de forma continuada en el tiempo una postura correcta sentirás como tus músculos se ponen en marcha para lograr tu objetivo. Entonces se produce el milagro y el alumno me dice «¡Qué fácil!». Pues claro que debe ser fácil, lo será cuando aprendas a asignar a cada músculo la tarea apropiada para que cumpla su función en relación a la voz.

 

 

Arrastramos un sin fin de hábitos y forjamos nuestro gesto vocal a fuerza de compensaciones musculares hasta que un buen día descubrimos que para cantar con libertad únicamente necesitamos aprender a disociar, es decir, a coordinar. Coordinación y disociación son las dos caras de una misma moneda.

 

 

¡Este es un tema apasionante que bien merece un desarrollo más amplio! Continuará…

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