Bit by bit, putting it together
Piece by piece, only way to make a work of art
Every moment makes a contribution
Every little detail plays a part
Having just a vision’s no solution
Everything depends on execution
Putting it together, that’s what counts!
La primera vez que escuché una composición de Stephen Sondheim fue en The Broadway Album (1985), el disco con el que Barbra Streisand quiso regresar a sus inicios. Putting it together, del musical Sunday in the park with George (1894), fue reescrita por Sondheim para la ocasión a petición de Streisand.
Desde el momento en que la descubrí, esta composición se convirtió para mí en una especie de oración, de mantra, una pócima cuya receta, principios y valores contribuyen sin duda a conocer un poco más a Sondheim y comprender la dimensión de su figura y su obra: «The art of making art is putting it together».
Cuando años más tarde pude viajar por primera vez a Londres a comprar discos y partituras, encontré un tesoro: Putting it together, the making of The Broadway Album, en formato VHS, claro está. Los más jóvenes se preguntarán qué formato es ese y por qué razón uno debía viajar a otro país para comprar música… Sí, esa era nuestra realidad a finales de los 80. Y, francamente, tenía su encanto.
Viendo la cinta, descubrí la razón por la cual Streisand pidió a Sondheim que la reescribiera. Los diálogos que aparecen al inicio de la canción no son inventados. Son frases reales con las que toda suerte de productores obsequiaron generosamente a Streisand, tanto en sus inicios como a lo largo de su carrera (siempre hay un buen samaritano dispuesto a ayudarte a ver la luz y el camino correcto) «They like to give advice, girl». Quería plasmar la dificultad que entraña el acto de crear y situar la acción en el terreno de la industria de la música. Esa «creación» debe corresponderse con quién eres tú ahora y aquí artísticamente y, además, convivir felizmente con todas las variables inherentes al show bussines.
Streisand llevaba 23 discos a sus espaldas cuando los AR (directores artísticos) de Columbia Records le cuestionaron el proyecto y pronosticaron un fracaso. «I love to use the truth», afirma Streisand durante la entrevista en el making off. Y lo hizo. Utilizó la verdad para contar en Putting it together los equilibrios y malabares para desenvolverse en la industria de la música, algo que Sondheim supo recoger magistralmente, con toda suerte de matices en frases gloriosas como «All they ever want is repetition, all they really want is what they know» o «Art isn’t easy, overnight you’re a trend, you’re the right combination, then the trend’s at an end, you’re suddenly last year sensation!».
The Broadway Album contiene 12 canciones, 8 de las cuales son autoría de Sondheim: 6 música y letra y 2 como letrista (Somewhere y Something’s Coming de West Side Story). Este «8 de 12» siempre me hizo pensar que The Broadway Album en realidad era un The Sondheim Album camuflado. Sea como fuere, bendito disco que me hizo descubrir a un genio.

Putting it together
(Streisand habla) Look, I've spent a lot of time working on this
(Producer) Look, no one's gonna buy it -- no one.
Nobody in middle america, anyway. That's for sure.
(Producer) : he's right!
Sweetheart, it's just not commercial!
(Streisand) What is commercial?
(Producer) It's not what's selling nowadays
I mean - personally, I love it, but
(Streisand canta) Be nice, girl!
(Productor) Nobody's into this kind of material
(Streisand) You have to pay a price, girl!
This album needs a hit single we can push
(Streisand) They like to give advice, girl!
The whole idea's too risky
(Streisand) Don't think about it twice, girl!
The audience won't understand this kind of thing!
(Streisand) It's time to get to work!
I disagree! why don't you wait until you hear it?
This is like your old stuff!
Art isn't easy
(Productor) You've got to appeal to the kids
(Streisand) Even when you're hot
Why would you want to make an album like this anyway?
(Streisand) Advancing art is easy
I think we ought to talk seriously about this
(Streisand) Financing it is not!
Why take chances?
(Streisand) A vision's just a vision if it's only in your head!
Nobody respects your artistic integrity more than I do, but
(Streisand) If no one gets to hear it, it's as good as dead!
You have to think about you career!
Marry me a little 1993
Cruzábamos la platea por los pasillos laterales. Al llegar a la escalera central por la que accedíamos al escenario, abríamos la puerta imaginaria del apartamento donde transcurriría la acción. Ese era el pie para que sonara la primera de las veintidós canciones de Marry me a little de Stephen Sondheim. Dos actores, un pianista y una dramaturgia hilvanada con canciones de sus obras más famosas (Company, Follies, A little night music) y de Saturday Night, un musical que nunca llegó a producirse y que Sondheim tenía guardado en un cajón hasta que Craig Lucas (actor y promotor del proyecto) le pidió el material para crear este «musical de cámara» estrenado en 1980 en el off-off Broadway.
Con los derechos en el bolsillo para adaptar la obra al catalán, en 1993 pusimos en pie Casem-nos una mica, el primer Sondheim estrenado en España. Después, felizmente, vinieron muchos títulos más. Pero, entonces, Sondheim era un verdadero desconocido y, además, el teatro musical no gozaba del reconocimiento que ahora tiene. En aquella época recuerdo haber oído a menudo comentarios de tipo «es que esto de que un actor esté hablando y pase a cantar… qué quieres que te diga». Hoy, el código está interiorizado por el espectador. No solo no se hace extraño que un actor cuente una historia cantándola sino que además hemos fidelizado a un público y, gracias a productoras privadas que han apostado fuerte por el género podríamos decir, aunque no sea para tirar cohetes, que existe una cierta industria en el sector.
Casem-nos una mica estuvo muy pocos meses en cartel. Muchos menos de lo que hubiéramos querido. Muchos menos de los que Sondheim merece. El montaje ganó el Premio de la Crítica Teatral de Barcelona y obtuvo excelentes críticas, una de ellas del escritor y periodista Josep Maria Espinàs «Un Off Broadway al lado de casa». Espinàs vivía cerca de la Sala Villarroel. A juzgar por sus palabras, quedó prendado al escuchar aquella partitura singular, una joya que unos pocos afortunados, entre los que me cuento, tuvimos la suerte de descubrir y disfrutar.
Fotografías Ros Ribas
Company 1997
Sweeney Todd se estrenó en 1995 con la presencia de Sondheim en la platea del Teatro Poliorama en Barcelona. Era el tercer Sondheim estrenado en España. El segundo, A Funny Thing Happened on the Way to the Forum (Golfus de Roma) dirigido también por Gas, se estrenó 2 meses después de nuestro Marry me a little.
En 1997 llegó Company y nos sacudió el alma a los 14 actores que formamos el elenco. Sondheim es infinito. Sí, de acuerdo, las notas son solo 12 pero, Sondheim es infinito.
Interpretar sus partituras y textos significa lidiar con un material de una complejidad enorme y una complicidad extraordinaria entre palabras y notas difícil de encontrar en otros compositores. Sondheim juega, porque juega, y se divierte y el resultado de ese divertimento es una comunión perfecta entre música y texto. Nunca una partitura me había hecho sonreír, hablo de la partitura, no de la letra en si. Sondheim es un maestro en hacer fácil lo extraordinariamente difícil.
«Company és un musical que habla de matrimonio. De los malos y buenos momentos del matrimonio. Yo no estuve nunca casado, ni oficial ni no oficialmente. Y pensé ¿Cómo voy a escribir sobre algo que no conozco? He observado matrimonios, tengo sentimientos y opiniones pero no sé nada acerca de ello. De modo que llamé a mi amiga Mary Rodgers felizmente casada en segundas nupcias y le dije «háblame del matrimonio» e invirtió toda una tarde en hablarme de matrimonio, de sus matrimonios y de sus observaciones acerca del matrimonio… Y yo tomé notas».
Fotografías Ros Ribas
Después de Company llegaron muchos más «Sondheims» a la cartelera de Barcelona. Incluso llegó a estrenarse – también en la Villarroel-, Merrily we roll along, el único fracaso (bendito fracaso) con 16 únicas representaciones en Broadway. Después de aquello, Sondheim pensó en retirarse y dejar de escribir. Por suerte para los que habitamos este planeta no lo hizo, de lo contrario la humanidad se hubiera perdido Sunday in the Park with George.
Anything you do
Let it come from you
Then it will be new
Give us more tu see
Sondheim y el Jazz 2001

En el año 2001, Lluís Vidal, director de la Orquestra de Cambra del Teatre Lliure y quien me había dirigido musicalmente en Marry me a little y Company, me propone llevar a Sondheim al terreno jazzistico. La primera de las canciones que seleccioné para los conciertos y posterior disco fue Putting it together.
Carta a Sondheim
Estimat i admirat Sondheim. Disculpi la familiaritat però és com si el conegués de tota la vida, com si fos algú proper al meu entorn, algú amb qui he conviscut i de qui conec el sentit de l’humor, la discreció, la sensibilitat, la introversió, el respecte, la curiositat i la manca absoluta d’ego. Sí, tinc la sensació de conèixer-lo. I, en certa manera, senyor Sondheim, així és, perquè, a través de la seva música he conegut el seu univers i m’hi he arribat a endinsar una mica.
Jo, senyor Sondheim, he de confessar-li que fa dies que em sento una micar òrfena. I només de pensar que vostè ja no hi és em ve una plorera que ni jo mateixa m’explico. O potser sí. Durant alguns anys de la meva carrera com a músic i actriu, vaig dedicar hores a desxifrar les seves partitures i escoltar les seves obres. I, fent-ho, vaig conèixer-lo i estimar-lo. Gràcies a vostè vaig sentir que creixia com a intèrpret i que aconseguia fusionar parla i cant, dos codis d’expressió diferents amb un instrument comú: la veu. I estic segura, senyor Sondheim que com jo hi ha cents, mils d’intèrprets que han experimentat una cosa semblant.
Sap, senyor Sondheim? A vegades fins i tot he jugat a analitzar i endevinar per què Being Alive, Company, Side by Side, Marry me a little, Someone is waiting o el mateix Putting it together tenen la mètrica que tenen i no una altra. He jugat a imaginar com una paraula, un monosíl·lab l’ha inspirat per construir un joc entre notes i mots.
Vostè, suposo que ja ho sap, ha esdevingut un clàssic en vida. Estic convençuda que no li deu agradar gens que li ho diguin. És més, posaria les mans al foc que no li agrada gaire que parlin de vostè. D’acord, no ho faré. Parlaré de la seva obra i de com ens ha sacsejat als qui hem tingut el privilegi de posar la veu al servei dels seus textos i músiques. Li explicaré un secret. Recorda que al 1997 se li van sol·licitar els drets per produir Company a Barcelona? Ho recorda oi? N’estic segura que si perquè em consta que vostè ha vetllat, i bé que ha fet, per la qualitat de les produccions i adaptacions que s’han fet arreu de la seves obres.
Miri, aquell Company nostre va ser un daltabaix emocional, senyor Sondheim. Ho va ser per als 14 actors i actrius que el fèiem. Estic convençuda que no va ser pas casualitat que molts dels actors i actrius d’aquella companyia ens separéssim i/o iniciéssim una nova relació en els tres mesos que van transcórrer entre el període d’assaigs i representacions. Miri, aquell Company seu, nostre, senyor Sondheim, ens va trasbalsar molt. Ens va interpel·lar sobre com viviem i com volíem viure, sobre com eren les nostres vides i com voliem que fossin, sobre viure sol però voler estar acompanyat, sobre viure acompanyat però voler estar sol. Sobre aquell Company, tinc molt d’interès que sàpiga que al capdavant hi teniem un ésser excepcional, en Carles Sabater. A vostè li hauria complagut el seu «Bobby» sincer, transparent. Sap? És l’únic muntatge al llarg de la meva carrera en què els actors, TOTS, ens passàvem la funció entre cametes, mirant les escenes dels companys, escoltant i assaborint cadascuna de les lletres, cadascuna de les notes, plorant, rient, abraçant-nos, sentint-nos vius. «Being Alive».
Estimat Sondheim, no m’aturaria d’escriure però temo haver-me allargat massa així que ho deixaré aquí. Només una darrera cosa. D’ençà que vostè ha marxat estic escoltant un i altre cop la seva música, gaudint novament de les seves lletres i, mentre ho faig sento el desig profund i la necessitat que la seva música ens acompanyi sempre i, perquè això sigui possible cal que les noves generacions la coneguin i aprenguin a apreciar-la. Per la part que ens toca, mirarem de contribuir-hi tant com puguem. Gràcies, senyor Sondheim, perquè la seva sensibilitat i intel·ligència ens ha fet millors intèrprets del que realment som.