Tocada y hackeada

Acostumbrados como estáis a cartas más bien largas, la de hoy os parecerá corta. El motivo es que, además de haber tenido una semana de locura, lo cierto es que he vivido una experiencia no muy agradable. No es que no tenga ganas de compartirla, pero digamos que no estoy muy inspirada.


Nunca había sufrido un robo virtual o digital (no sé si se le puede llamar así) y esta semana me ha sucedido. La cuenta de Instagram nina_academia ya no me pertenece. Al menos, de momento. No sé en manos de quien está. Tampoco sé si finalmente Instagram podrá hacer nada por recuperarla. De momento, ninguno de los contenidos (videos, escritos, fotos) me pertenece. Tengo la misma sensación que cuando te entran en casa y se llevan algo de gran valor sentimental, que es justamente lo que más duele.


La cuenta de nina_academia se creó para difundir lo que hacemos en la Academia y para poner esta herramienta al servicio de los alumnos de canto y, por supuesto, para hacer divulgación de la voz. En algún sitio del ciberespacio quedarán aquellos contenidos. O quizá se los quede el hackeador de la cuenta. A saber…


Ojalá la próxima semana, cuando os escriba de nuevo, pueda deciros que Instagram ha respondido mi denuncia y ha recuperado la cuenta. Y si no, si esto no sucede, me encontraréis en nina.academia. La cuenta ya está abierta aunque esperaré unos días a activarla y darle contenido porque, como dice mi madre, la esperanza es lo último que se pierde. Y, quién sabe…


Dicho esto… ¡Solamente se trata de una cuenta de Instagram! Hay cosas bastante peores en la vida. Lo sé muy bien. Pero es como si hubieran metido mano en una parte de mi intimidad.

Que tengáis una muy buena semana.
Salud y paz

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