«L’artista»

Han pasado tantas cosas durante estas tres semanas que no sabría por dónde empezar a escribir.

De todo lo que he vivido estos días, hay algo muy remarcable y que me gustaría compartir con vosotros que todavía tenéis la paciencia de esperar mis cartas y leerlas.

El 21 de noviembre, en el Teatro de Lloret de Mar, se estrenó «El color de tus ojos«, una película protagonizada por mi padre y rodada en la villa de Lloret en 1952.

En casa siempre oímos hablar de la película y, teníamos fotos de algunas escenas, pero nunca llegamos a verla. Se estrenó hacia finales de los cincuenta en el Teatro Coliseum de Barcelona y mi padre nunca más supo nada.

Estuve años y años buscándola. Quiería darle una sorpresa a mi padre. Removí cielo y tierra. Recuerdo que llamé a Àlex Gorina, el crítico de cine, con la confianza de que quizás él sabría guiarme en la búsqueda. La película nunca apareció. Mi padre murió el 28 de junio de 2003 y no pude hacerle ese regalo.

La buscaba con tres datos erróneos, así que no era de extrañar que no la apareciera. Esto lo he sabido ahora, cuando la persona que la encontró me explicó que a) en su moment se le cambió el título – el original era «Cuando el mar tenga el color de tus ojos» (mucho más bonito, todo sea dicho de paso), b) el director no era Iquino, tal y como le había oído decir siempre a mi padre y c)la actriz protagonista no se llamaba Mary Martin sino Nina Martin.

El caso, queridos, es que el pasado junio la película apareció. Mientras leía el mensaje de Isidor Llorca, hombre de cine, restaurador de este patrimonio y gran amigo de mi padre, me caían unos lagrimones mejillas abajo que no me dejaban acabar de leer el whatsapp.

No pude darle la sorpresa a mi padre, pero sí a mi madre. Feliz es poco. Mi madre fue muy feliz de ver la respuesta del pueblo y de tener, por fin, la película en sus manos en una entrega especial que le hicieron y durante el cual dijo unas palabras preciosas… ¡Mamá, estuviste espectacular!

El Teatro de Lloret estuvo lleno hasta los topes. No cabía ni una aguja. Todo el mundo quiso estar allí. No es por decirlo, pero mi padre era una persona queridísima en el pueblo.

Tras rodar la película, a mi padre nunca más se le llamaría por su nombre en el pueblo. Todos le conocían y llamaban con el apodo de «El Artista» y todavía hoy.

Esta carta será algo larga. Os pido disculpas. Así compenso las tres semanas de ausencia. Y es que me gustaría compartir con vosotros la carta que le escribí a mi padre y que le leí el pasado 21, después de haber visto la película.

Antes me gustaría contaros que el acto fue magistralmente conducido por un buen amigo, el periodista Josep Puigbo y que Àlex Gorina aceptó participar e hizo una intervención magistral poniendo en valor aspectos de la película que nunca hubiéramos sabido si no fuera porque un sabio, erudito y entendido en la materia como él, los desveló.

Carta a mi padre

«Hola Ana Maria, soy Isidor Llorca de Lloret, el motivo del mensaje es para explicarte que para las Fiestas de San Romà, y desde mi empresa Rescat Films, queremos hacer un homenaje a tu padre Joan Agustí. Todo el mundo sabe que en el pueblo era conocido con el nombre del Artista. He recuperado la película del año 1952, la estamos restaurando. Hay mucho trabajo, pero quedará perfecta. Ya te puedes imaginar cuál… El Color de tus Ojos.

Te enviaré algunos fotogramas de la misma y evidentemente me gustaría poder realizar este homenaje en tu presencia y con la gran pantalla del Teatre de Lloret. Sé que estás ocupada, pero bueno, podemos hablar de ello y planificarlo si nos vemos un día en Lloret.

Salud
Isidor

Joan, recibí este mensaje el pasado 30 de junio. No podía creer lo que estaba leyendo. Lloraba y reía a la vez, de felicidad. En ese momento pensé cómo te hubiera gustado recuperar la película en vida. Aunque hoy, que sé que estás con nosotros, debes estar pensando «qué diablos hace esta pandilla ridiendome un homenaje a mí».. Siempre rehuiste cualquier protagonismo y, en cambio, siempre lo tuviste. Demasiada generosidad, bondad, fortaleza y sabiduría como para no tenerlo.

Tengo la certeza, Joan, de que vivirías el homenaje de hoy – a través de un patrimonio recuperado y restaurado -, como un tributo a tu querido pueblo, y a tu gente. Un tributo también al abuelo Francisco, con quien te embarcaste con tan solo 7 años y quien, seguro, no te puso mala cara cuando le dijiste que dejabas unos días la barca para ir a rodar El Color de tus ojos, aunque él te necesitaba. Y, aunque los productores de la película te propusieron continuar con otros proyectos artísticos, volviste a la barca con el avi Francisco. «Yo no podía dejar al padre solo», siempre decías.

Hoy recibes un homenaje. Tú, una persona anónima, sin ser una «personalidad», sin poseer ningún «mérito» por el que se te deba reconocer más allá de amar a tu pueblo y a su gente y defenderlos donde sea necesario.

Los pueblos están llenos de buenas personas, ¿no crees, Joan? Personas anónimas que nos marcan el camino a seguir, basta con fijarnos en su ejemplo.

Hoy, muchas de esas personas se han reunido aquí, Joan. Muchos amigos tuyos han venido. No han querido perdérselo. Estamos todos. Amigos, familia.. Y tu querido hijo, Joan.

Durante los meses sucesivos, Joan, recibí infinidad de mensajes de Isidor. Eran mensajes llenos de euforia, de felicidad. Lo primero que me dijo Isidor es que se sentía muy feliz de poder hacerte este homenaje… Te lo leeré textualmente «Piensa que Joan me enseñó a nadar a mí… ¡Agarrándome con un palo de las barcas! Le debo ese homenaje».

Ya lo ves Joan, una persona anónima, de las que te hablaba ahora, y que movida por el cariño hoy cumple el deseo profundo y vital de hacerle un homenaje a su amigo, Joan Agustí i Albà.»

¡Que tengáis muy buena semana!

Salud y paz.

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